Septiembre, te quiero.
¿Existe el otoño en la ciudad? parece ser que no. Ni siquiera en Google hay fotos de una ciudad llena del amarillo otoñal...
Creo que con este mes nos volvemos locos. Es peor que las ideas falsas que nos formamos en la cabeza al empezar el año. Será que al comenzar un nuevo ciclo, pues es lo que ocurre, queremos cambiar. Y me parece genial porque hay que mantener un hilo esperanzador y perfeccionista.
Estoy segura de que no hay alguien en la faz de la tierra pensando qué va a cambiar a partir de este año- pelo...me lo quiero dejar largo! qué típico... jajajaja voy a aplicarme, voy a aprender a canalizar, voy a leer, no voy a gastar, ahorraré... etc. Y cómo no la eterna promesa... adelgazaré! jajajaja
Para este nuevo ciclo, ya lo he bautizado; solamente intentaré seguir el ritmo, mantener la armonía que me hace feliz. Obviamente yo también tengo mis pequeños planes en mente que seguramente emprenderé con ganas y terminarán con un mínimo cambio y la vuelta a lo mismo, la comodidad.
Es cierto que en esta época hay que tener buena cabeza para no caer en la tristeza que trae el frío, cuando se acaba la brisa y el hielo te pega en la cara... cuando el viento pone el rosa en el colorete... si no eres poeta, escritor, artista, si no tienes pareja y este tiempo no te inspira sino que más bien, te toca las narices... jajajajja
no hay problema, vamos a aprender de la vida.
